Folio II: Relato de una tarde
Carta 03
Es domingo, el sol parece ya estar pidiendo su relevo en el cielo, de a poco la noche lo
invita a dormir, la lluvia cotidiana enternece el panorama…
Luego de un largo viaja a la vuelta de la esquina, llego a mi casa y la encuentro como
siempre, vacía… una escoba que no terminó de hacer su oficio, un folio semiabierto en
el mesón, luces apagadas y una radio que sonaba con el mismo ambiente de la tarde que
moría…
Me escuchaba los pasos, no me escuchaba las palabras… y ya habiendo pasado un
tiempo, me pregunto: ¿Dónde estás?
Coincide la carta con el feriado, ¿gozas de alguna playa, talvez un atardecer romántico,
o de la quietud de tu hogar? Quizás tu rumbo fue otro por estas fechas, quien sabe…
Talvez ni tú te lo preguntes…
La cama me hace una invitación a que la use, no me niego por cortesía, y una gotera en
mi cuarto interrumpe el reposo que quería… obligado a levantarme, me entró en el alma
los recuerdos de las cosas que nunca fueron, de esas palabras, de las cuales me llevaré a
la tumba la duda si fueron ciertas o no, ese oso de felpa que jamás te pude entregar y
que le hace compañía al otro que tuve que guardar por el bien suyo y mío… las esperas
pacientes de los momentos que nunca llegaron, no se, se dieron las circunstancias, el
cielo me invitaba a pensar… en quien… sé que no le arrebato un pensamiento…
El silencio que mora en mi casa se marcha un instante mientras le subo el volumen a la
radio, ahora sentado en el piso de mi sala, porque mi alma contrató las emisoras para
que se me enredaran en las canciones los cabellos y los sueños…una tras una van
saliendo los temas atados a mi melancolía… a manera del mejor playlist de un día que
me hubiese querido arrancar la memoria con mis manos.
¿Coincidencias? Un lema que aprendí es que en esta vida no existen las coincidencias,
solamente lo inevitable…
¿Y que será lo inevitable? Tener que pensarte, tener que recordarte, extrañarte como
siempre, sentirme solo como nunca…
¿Qué será lo inevitable? Me pregunto mientras una llamada me interrumpe una lágrima
que se me escapó pensando… Voz de mujer, número equivocado…
De repente el sonido de la puerta me interrumpe esa tarde aquella de melancolía… las
llaves hacían un estruendo que mataba el silencio de mi casa, habían llegado mis
padres…
De disimulo me seco las mejillas, de un suspiro borro la realidad, me pongo
nuevamente el antifaz con el que vivo de rutina, intento que no se quiebre mi voz para
contestar el saludo y rompo unas hojas que había hecho sin darme cuenta…
Lamau 15/02/2008 17H38
Folio II: Cartas sin destinatario
Es domingo, el sol parece ya estar pidiendo su relevo en el cielo, de a poco la noche lo
invita a dormir, la lluvia cotidiana enternece el panorama…
Luego de un largo viaja a la vuelta de la esquina, llego a mi casa y la encuentro como
siempre, vacía… una escoba que no terminó de hacer su oficio, un folio semiabierto en
el mesón, luces apagadas y una radio que sonaba con el mismo ambiente de la tarde que
moría…
Me escuchaba los pasos, no me escuchaba las palabras… y ya habiendo pasado un
tiempo, me pregunto: ¿Dónde estás?
Coincide la carta con el feriado, ¿gozas de alguna playa, talvez un atardecer romántico,
o de la quietud de tu hogar? Quizás tu rumbo fue otro por estas fechas, quien sabe…
Talvez ni tú te lo preguntes…
La cama me hace una invitación a que la use, no me niego por cortesía, y una gotera en
mi cuarto interrumpe el reposo que quería… obligado a levantarme, me entró en el alma
los recuerdos de las cosas que nunca fueron, de esas palabras, de las cuales me llevaré a
la tumba la duda si fueron ciertas o no, ese oso de felpa que jamás te pude entregar y
que le hace compañía al otro que tuve que guardar por el bien suyo y mío… las esperas
pacientes de los momentos que nunca llegaron, no se, se dieron las circunstancias, el
cielo me invitaba a pensar… en quien… sé que no le arrebato un pensamiento…
El silencio que mora en mi casa se marcha un instante mientras le subo el volumen a la
radio, ahora sentado en el piso de mi sala, porque mi alma contrató las emisoras para
que se me enredaran en las canciones los cabellos y los sueños…una tras una van
saliendo los temas atados a mi melancolía… a manera del mejor playlist de un día que
me hubiese querido arrancar la memoria con mis manos.
¿Coincidencias? Un lema que aprendí es que en esta vida no existen las coincidencias,
solamente lo inevitable…
¿Y que será lo inevitable? Tener que pensarte, tener que recordarte, extrañarte como
siempre, sentirme solo como nunca…
¿Qué será lo inevitable? Me pregunto mientras una llamada me interrumpe una lágrima
que se me escapó pensando… Voz de mujer, número equivocado…
De repente el sonido de la puerta me interrumpe esa tarde aquella de melancolía… las
llaves hacían un estruendo que mataba el silencio de mi casa, habían llegado mis
padres…
De disimulo me seco las mejillas, de un suspiro borro la realidad, me pongo
nuevamente el antifaz con el que vivo de rutina, intento que no se quiebre mi voz para
contestar el saludo y rompo unas hojas que había hecho sin darme cuenta…
Lamau 15/02/2008 17H38
Folio II: Cartas sin destinatario
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