De 29 a 29

¿En dónde existen más sueños rotos? ¿En el corazón de un enamorado, en un niño sin navidad, en una urna de cartón, en una madre palestina?
Carta sin destinatario con un toque de lluvia de enero y el recuerdo de la brisa que acicalaba a 2300 metros...

Nadie desea llegar al punto final de un libro que te apasiona leerlo... queda esa sensación de vacío inexplicable, que no se llena con una nueva lectura de primera instancia... Y aquí es donde aparecen los amigos con frases de Coelho que le buscan una explicación a lo sucedido en los confines del universo, con frases motivacionales más vacías que botella de Cien Fuegos 3am... Y es porque estamos más apegados al nihilismo nietzcheano…
Cuando el final llega siempre avisa, en forma de sutil brisa o vehemente huracán... pero siempre existe esa señal. Y esa película que se dibuja en la mente es tan diferente a la que soñamos después de una noche apasionada... Encerramos la vida entre 5 peros y mil por qué, se nos deshace la lujuria, se nos derrite la ternura, se nos apaga la ilusión.
Todo puede tener sentido en esta realidad, o quizás en algunas alternas... que los besos no alcanzaron, que los abrazos se apagaron, que el deseo se te esfumó... todo puede tener coherencia si otros labios besaron mejor u otro corazón acopló más, si tu cintura encajaba mejor en otros brazos o tu sonrisa se reflejaba mejor en otros iris... No será el primer adiós del que se hable, ni tampoco será el último en mencionarse... y sobrarán las preguntas del que se queda, y faltarán las respuestas de quien se va, esa taciturna rutina que se repite más veces que el ciclo alba - ocaso puede tener un espacio en la coherencia... la pregunta surge cuando ¿por qué aumentar el dolor de quien se queda vacío? ¿no basta con que tomes tu futuro y lo apartes del fulano que se queda esperando explicaciones que nunca llegarán?
El adiós es suficiente carga en los hombros como para sumarle más peso al equipaje que toca llevar sin querer llevarlo... cosas como insultos, gritos, agravios, cargas de culpabilidad, chantajes, mentiras están de más, más aún si eres tú quien se va... ¿deseas mancillar el triste final para acabar con cualquier añoranza? ¿deseas liquidar la nostálgica historia para que se suicide la esperanza? ¿Que tan desalmada te puede volver otra alma, que te pones a regar tus culpas en las manos de los demás? ¿que tan infame se puede volver su conciencia que le encuentras placer al dolor ajeno?
Te olvidaste por completo que el adiós le duele al que se queda...
Y así tendrás otros brazos, viejos conocidos, envueltos en un calor que te era ajeno hace pocas lunas atrás
Y así tendré mis respuestas kamikazes, enredadas entre lo que pasó y no pudo pasar
Y así te sobrarán pasiones envueltas entre calores usurpados y promesas sin tiempo
Y así me quedan canciones pendientes por dedicar...
Y así partirás con el remordimiento en tu bolsillos y la vergüenza en tu buró...
Y así me quedaré esperando mi siguiente desacierto tenga más valor...
Y así tu furia quedará sin sentido..
Y así podría pasarme la vida malgastando tinta, y así podrías pasarte la vida derritiendo el tiempo...
Y así podríamos ver la luna con dos ilusiones diferentes
Y así le llamarás error a aquel 29 donde un par de copas te escondieron la cordura y te dejaron un impostor...
Y así llamaré infame aquel 29 donde en una funda negra me devolviste muerta mi ilusión... una funda más negra que el final, más negra que la misma actitud de quien me la entregó entre pijamas grises y palabras estériles...
Lo peor estuvo al abrir aquella funda...
Y así con un vestido sin estreno, una caja de pecados, una flor sin agonía, tres dilemas sin respuesta, un desprecio sin motivo, el infaltable daño peregrino y un adiós de lluvia de enero, se terminó esta historia que como juego de un dios desocupado, se escribió de 29 a 29...


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