Folio II: Doble indiferencia
Carta 02
No se si recuerdes el día dos de enero
Talvez eran las dos de la mañana… (Quisiese que hubiesen cursado dos minutos
también) no lo sé, dos voces jugando a esconderse tan lejos, dos personas que
charlaban, una callando por un doble motivo, otra que decía más cuando callaba…
Dos preguntas te surgieron por las hasta entonces dos horas que llevábamos matando la
segunda noche de año en estreno, la primera para darme una mitad de vida, la segunda:
doble indiferencia…
Me hubiese gustado que pienses dos veces tu pregunta, dos veces tu respuesta… ¿Por
qué? Muy sencillo, porque lo que hiciste es calmar mi sed con agua del mar, lavar mi
pasado en un charco, pintar de azul el fuego con tus acuarelas... ¿Te gustó quitarme la
paz que hasta ese entonces tenía?
El idiota que veo cada mañana en el espejo y al que tu miras cuando se te fuga la suerte
en cualquier tarde, guardaba dos sentimientos, uno que nacía, otro que debía nacer…
uno que soñaba con soñar, y otro con no soñar tanto, mi pasado de fantasías y mi
presente de realidad… los recuerdos en un baúl, y en lo más hondo de mi alma… una
ilusión que brillaba solo de noche, y una verdad que me levantaba cada mañana, un
deseo de contar estrellas, y otro de perderse en la Anatomía…el que era y el que quería
ser… ya que si era, era por ti, si quería ser era por mí, para pensar en ti…
Un peluche atónito no me responde las dos preguntas que le hago a diario, una par de
plumas que me coquetean, íntimas de la nostalgia que es mi novia, esposa y amante...
un teléfono que desde ese día empezaba a tentarme… eran mi compañía de nunca y de
siempre… mientras el ¿Por qué? y el ¿para que? jugaban en el techo de mi alcoba… los
consejos para olvidar jugaban en mi cama… y mi verdad se desahogaba en un Baccardi
diamantino… dos tragos por hoy…
Que sucedió, después de eso…
Menos palabras, más libertad (o soledad)
Menos tiempo, más horas
Menos motivos, más preguntas
Menos razones, más desvaríos
Menos lluvia, más insomnios
Menos nos vemos, más te extraño… esto último sin saber si te importa…
Hoy luego de cuatro veces dos como número de días, después del dos días de inagurado
un año par… después de dos llamadas que agonizaban al hablar, después de dos citas
que te encargaste de planear y frustrar, dos veces cruzaste en mi día: para saludarme con
tu indiferencia, y para ratificarme tu saludo, para no mirarme, y voltear a ver que no me
habías visto…
Te queda bien tu nuevo color de cabello, le asienta a tus ojos… del mismo color de los
motivos que te inventas y de las excusas que mencionas para reparar el motivo de la
farsa más grande de las dos que te has ideado…
Sigo teniendo dos preguntas a esa doble indiferencia…
Y según se pinta el lienzo, me quedaré con dos vacíos en lugar de respuestas…
Lamau 18/01/2008 01H19
Folio II: Cartas sin destinatario
No se si recuerdes el día dos de enero
Talvez eran las dos de la mañana… (Quisiese que hubiesen cursado dos minutos
también) no lo sé, dos voces jugando a esconderse tan lejos, dos personas que
charlaban, una callando por un doble motivo, otra que decía más cuando callaba…
Dos preguntas te surgieron por las hasta entonces dos horas que llevábamos matando la
segunda noche de año en estreno, la primera para darme una mitad de vida, la segunda:
doble indiferencia…
Me hubiese gustado que pienses dos veces tu pregunta, dos veces tu respuesta… ¿Por
qué? Muy sencillo, porque lo que hiciste es calmar mi sed con agua del mar, lavar mi
pasado en un charco, pintar de azul el fuego con tus acuarelas... ¿Te gustó quitarme la
paz que hasta ese entonces tenía?
El idiota que veo cada mañana en el espejo y al que tu miras cuando se te fuga la suerte
en cualquier tarde, guardaba dos sentimientos, uno que nacía, otro que debía nacer…
uno que soñaba con soñar, y otro con no soñar tanto, mi pasado de fantasías y mi
presente de realidad… los recuerdos en un baúl, y en lo más hondo de mi alma… una
ilusión que brillaba solo de noche, y una verdad que me levantaba cada mañana, un
deseo de contar estrellas, y otro de perderse en la Anatomía…el que era y el que quería
ser… ya que si era, era por ti, si quería ser era por mí, para pensar en ti…
Un peluche atónito no me responde las dos preguntas que le hago a diario, una par de
plumas que me coquetean, íntimas de la nostalgia que es mi novia, esposa y amante...
un teléfono que desde ese día empezaba a tentarme… eran mi compañía de nunca y de
siempre… mientras el ¿Por qué? y el ¿para que? jugaban en el techo de mi alcoba… los
consejos para olvidar jugaban en mi cama… y mi verdad se desahogaba en un Baccardi
diamantino… dos tragos por hoy…
Que sucedió, después de eso…
Menos palabras, más libertad (o soledad)
Menos tiempo, más horas
Menos motivos, más preguntas
Menos razones, más desvaríos
Menos lluvia, más insomnios
Menos nos vemos, más te extraño… esto último sin saber si te importa…
Hoy luego de cuatro veces dos como número de días, después del dos días de inagurado
un año par… después de dos llamadas que agonizaban al hablar, después de dos citas
que te encargaste de planear y frustrar, dos veces cruzaste en mi día: para saludarme con
tu indiferencia, y para ratificarme tu saludo, para no mirarme, y voltear a ver que no me
habías visto…
Te queda bien tu nuevo color de cabello, le asienta a tus ojos… del mismo color de los
motivos que te inventas y de las excusas que mencionas para reparar el motivo de la
farsa más grande de las dos que te has ideado…
Sigo teniendo dos preguntas a esa doble indiferencia…
Y según se pinta el lienzo, me quedaré con dos vacíos en lugar de respuestas…
Lamau 18/01/2008 01H19
Folio II: Cartas sin destinatario
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